Myself - Nude oil painting - K. Madison Moore.
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Sólo la tarde
Sólo la tarde pasea sin rumbo
sus minutos inciertos, trémulos;
con ella corren esqueletos olvidados,
sepultureros sin empleo,
pastores en busca de sus fieles.
Sólo la tarde pasea sin rumbo
su inmodificable letargo de la una,
una pesadilla burlona y repetida;
con ella coquetea un bostezo
prelúdio de un amor que muere.
Sólo la tarde pasea sin rumbo
su acervo de mentiras piadosas;
con ella viajan cuentas sin pagar
y la promesa de un mañana en paz.
Sólo la tarde pasea sin rumbo
un arco iris de colores desteñidos;
con ella desfilan viejas plañideras
llorando muertos de otros tiempos;
la tarde, tú y yo, fin de algún concierto.
Gustavo Figueroa Velásquez
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A continuación amigos y amigas les invito a escuchar este gran poema "Canción de la vida profunda" del poeta colombiano Porfirio Barba Jacob (29 de julio de 1833 - 14 de enero 1942). El interprete es el italo - argentino Gian Franco Pagliaro. Disfrutenlo.
Amor que muere, final de un concierto, colores desteñidos. Muy mala tarde, admirado poeta y amigo Gustavo. Puede ser quizás que añores las tardes soleadas de tu nativa Colombia y la tardes grises y frías de tu nuevo asiento justifiquen ese desasosiego. Espero que pase pronto. Quizás a la noche llegue la salvación. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarCuánta nostalgia, mi querido Gustavo. Bellas tus palabras, como siempre al igual que la imagen. Me encantó. El video lo veo luego porque estoy trabajando. Un beso grande desde aquí hasta allí.
ResponderEliminarEs precioso el poema, Gustavo, con una hermosura melancólica que se abre a la tarde del alma, al crepúsculo del amor. Y se nota la desgana en la contemplación del hastío conocido, de ese hastío que se apodera del ánimo sin remedio, así como en las palabras, esas palabras que certifican en tus hermosos versos el fin de algo que fue y ya no es.
ResponderEliminarEl poema de Porfirio Barba Jacob es precioso de principio a fin. Recoge nuestras caras, nuestros estados de ánimo. "Hay días...". Quizás como tú, en este poema, en esta tarde, que es tarde melancólica y no excluye la soleada o alegre. Porque lo mismo que hay días, hay tardes y hay noches... De todo, amigo.
Un beso y gracias por el magnífico rato que he pasado aquí.
Gustavo... ¡cuántos deseos de darte un fuerte abrazo Poeta!
ResponderEliminarUn poema lleno de nostalgica belleza Gustavo. Es un placer leerte. Besos, cuidate.
ResponderEliminarCuánta melancolía en este poema, qué sensación de que la naturaleza, como siempre, refleja nuestro estado de ánimo al mismo tiempo que lo ignora. Qué secreto... Besos, querido amigo.
ResponderEliminarLos preludios de los amores que mueren son esos trenes lúgubres tan lúgubres que llegan a esas estaciones nuestras que parecen las ya definitivas...
ResponderEliminarNada que decir de ahí en adelante.
Un abrazo!!!
Me quedo con tu poema. Abrazos
ResponderEliminarEstimados amigos y amigas: Fernando,Steki, Isabel Martinez, Mariani, Poetiza, Isabel Romana, Dilman y Pamela:
ResponderEliminar"Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar.
El alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos puede consolar.
Mas hay también ¡Oh Tierra! un día... un día... un día...
en que levamos anclas para jamás volver...
Un día en que discurren vientos ineluctables
¡un día en que ya nadie nos puede retener..."
El poema "Canción de la vida profunda" debió haber sido el resultado de uno de esos días en los que Porfirio Barba Jacob experimentara, tal vez, eso que yo experimenté hace unos años...la insoportable levedad del ser. Pero hoy y aunque cae nieve y el día es completamente gris, aunque el termómetro muestra menos nueve grados, hoy, repito, mi estado de ánimo está muy bien y estoy en plena actividad cultural preparando la Sexta Noche de Poesía que celebraremos el cuatro de diciembre como un homenaje a Federico García Lorca.
Gracias amigos y amigas por sus comentarios.
"...con ella coquetea un bostezo
ResponderEliminarpreludio de un amor que muere"
Comprendo estos versos sintiéndolos en mis entrañas, pues he tenido muchas de esas tardes paseando sin rumbo, exacto, sólo la tarde, porque todo lo demás ya tenía un destino fijado.
Suspiro de encantada.
Por cierto, cómo me encantaría "teletransportarme" a ese homenaje a Lorca. Disfrútalo mucho, mucho, como sé que lo harás. Un abrazo fuerte, querido amigo poeta.
Gustavo, vengo desde el blog de Sandra, y me encanta haberlo hecho. Me seguiré acercando por aquí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Nakrama:
ResponderEliminarCómo sería de bello que pudieras estar aquí con nosotros en ese homenaje a Federico García Lorca.
Un abrazo.
Jorge:
Usted siempre será bienvenido a mi bitácora. su presencia y sus comentarios serán de gran estimulo para mi.
Un abrazo.