Amigos y amigas
de Contrastes, esta semana tengo que compartirles mi alegría; quiero decirles
que mi blog ha sido visitado ya más de 200.000 veces y, ligeramente, quiero
destacar una pequeña lista de los países desde
donde se visita más esta bitácora de poesía.
Estados Unidos 41164
Suecia 18978
España 18120
Colombia 16507
México 13865
Francia 11589
Argentina 8148
Reino Unido 5469
Chile 4448
Alemania 3559
Mil gracias a todos ustedes por seguirme y apoyarme en esta labor de Quijote.
A continuación les invito a leer este texto que escribí esta semana y que espero que sea del agrado de todos ustedes.
Sonata para piano # 14 de Beethoven
del pintor polaco Stanislaw Maslowski.
Sonata Claro de Luna
Un tono rojizo,
brillante, comenzaba a asomarse entre las sombras de la oscuridad que ya
empezaban a retirarse huyéndole al día que se aproximaba con un aire tibio y de
desafío a los retos más inverosímiles de las próximas horas. De un apartamento,
en algún lugar de la ciudad, en algún lugar del mundo, una figura de cuerpo
esbelto, salió a la calle iluminada por unas luces que apenas si lograban
vencer la oscuridad. Ella se dirigió hacia algún lugar de la ciudad, sin rumbo
fijo pero resuelta y con un aire de felicidad.
Su cuerpo estaba cubierto con el vestido del amor; ella olía a un amor
recién terminado de tejer entre caricias
y abrazos, bordado con besos que
realzaban la fineza y frescura de esa piel esplendida; en su rostro se dibujaban los te amo
repetidos en una habitación del
apartamento que dejara hace ya unos minutos. Caminaba, firme y decidida;
parecía volar por esa calle, larga y ahora con un poco más de luz, la luz del
día. Eran casi las seis de la mañana cuando ella llegó hasta el puerto de la
ciudad, desde allí miró el horizonte,
llenó sus pulmones con el aire fresco de la mañana, volvió a mirar hacia
la inmensidad del mar y divisó un velero como una pluma flotando sobre las aguas
marinas. Cerró los ojos por un instante y volvió mentalmente hasta esa habitación en donde había dejado a su
amor, ese hombre que apenas si había conocido pero que la cautivó tanto como para entregarle su primera vez...recordó
cómo el miedo y el deseo le corrían por el cuerpo al mismo tiempo que unas
manos traviesas y sutiles, como las de un pianista, se deslizaban por la
superficie de su cuerpo como ejecutando con destreza y suma atención una sonata
que, poco a poco, la fue preparando hasta abrirse plenamente a
los goces del más intimo momento en el que la delicadeza del artista, ese
hombre, pleno de vigor, delicado en el
trato, entró en su cuerpo, en el momento más intenso de esa sonata para subir
más y más de intensidad y llegar, ella y él, al paroxismo total, al momento más
asombroso de un momento irrepetible sólo posible cuando, como en ella y él, el
amor se une con la carne.
Abrió sus ojos,
una fina sonrisa dejó ver sus dientes parejos, brillantes, hermosos; se sentía
feliz, dueña de si misma y capaz de conquistar el mundo...no quería pensar en
su futuro sino en su presente, vivirlo plenamente. El aire fresco del mar
volvió a acariciar su rostro y le pareció sentir aquéllas manos que por primera
vez en su vida la hicieron sentir un ser especial.
Sintió hambre,
comenzó a caminar hacia una cafetería cercana, entró y se sirvió un café con
leche sin azúcar, un croissant y un poco de mermelada; en el sonido interno del
establecimiento se escuchaba "sonata claro de luna" de Beethoven...
ella agudizó sus oídos y se dejó llevar por los arpegios de esa música. Cerró
los ojos y sintió algo extraño y delicioso por su piel, unas manos se
deslizaban por su cuerpo, como un pianista, y, de pronto, sin poderlo evitar,
en ese sitio público, sintió que todo su cuerpo se estremecía y sus ojos se
iluminaron con un brillo único, sólo de ella , casi gritó...poco a poco se fue
relajando y una sonrisa agradecida apareció en su rostro aún en estado de un
trance gozoso.
Ella y él fueron
capaces de ahuyentar el fantasma de la rutina, construyeron un mundo muy propio
que nada tenía que ver con ese otro, externo a ellos, burdo y miserable. El amor les había
sorprendido justo en aquél puerto; fue como si ellos hubieran estado
predestinados a ser malabaristas de la felicidad, magos del amor, exorcisadores
de la carne y felices interpretes de una y mil sonatas como preludio a las
puertas de nuevas y fértiles primaveras.
Gustavo Figueroa
Velásquez
©
Serie 12 en el año. Temple sobre papel, 100 x 160 cm.
Pintura de la artísta colombo suiza Rosenell Baud.
Tú, mi compañera
Porque el amor es vida,
porque amo la vida
que hay en ti
y porque amo al amor
te amo a ti
que eres vida.
Tú, mi compañera,
mi refugio día a día,
mi rayo de luz,
un guiño de alegría
después de la rutina,
una sonata trémula,
el amor en un puerto.
Amor, eso eres, amor,
una mirada a la mar,
un goce secreto,
la flama desbordada,
el vuelo inmaculado
más allá de la rutina.
Gustavo Figueroa Velásquez
©
Esta semana
quiero compartirles un vídeo muy interesante que me ha hecho conocer el
compañero periodista Carlos Fajardo Fajardo; Carlos es el director de un
seriado de arte hecho en colaboración con Le Monde Diplomatique y El Colectivo
Desde Abajo. La artista invitada en esta
oportunidad es la pintora Rosenell Baud. Espero que ustedes aprecien este
reportaje y, públicamente, agradezco nuevamente a Carlos por haberme permitido
acercarme a la obra de esta artista colombo suiza.
Serie artistas - Rosenell Baud.
Flores carnales, serie 12 en el año.
Técnica temple sobre papel de Rosenell Baud.
Richard Clayderman - Sonata claro de luna (Beethoven).
Lo primero: enhorabuena por esas magníficas estadísticas. Para los que nos dedicamos a este vicio incurable de escribir, siempre es agradable sentirse leído.
ResponderEliminarEn cuanto a tus textos, la prosa y el poema, en ellos planea el amor, el motor de la vida. La sensualidad de la prosa me ha parecido muy agradable; veo en ella, asimismo, un gesto de complicidad hacia las mujeres que me resulta delicioso.
Que no nos falte el amor, Gustavo. Es lo verdadero, lo que de veras nos llevamos de este mundo, lo que nos sostiene y nos da fuerza. Sin amor, no somos nada.
Un gran abrazo.
Querida Isabel:
EliminarGracias por tus felicitaciones; de verdad que esas estadísticas me estimulan mucho y me siento muy honrado por tener siempre tu presencia sabia y alentadora.
En cuanto al poema y al texto nada que agregar que no hayas dicho tú...soy cómplice de la mujer y del amor.
Recibe un fuerte abrazo.
Precioso, Enhorabuena.
ResponderEliminarBesos.
Amapola:
EliminarMil gracias.
Besos.
El primer texto una mezcla de prosa y poesía, con el ritmo de sonata, yendo fuga tras fuga, a la b´suqueda de esa felicidad que esperan dos seres entrañados de amor. EL poema, la plabra hecha verso, para loarla a ella, la que comparte nuestros sueños, y es diana de nuestro, de nuestros sueños y deseos, que se conctruyen conjuntamente. UN abrazo. carlos
ResponderEliminar¡Malabarias de la felicidad!!! quien no se siente malabarista llena de felicidad con este preciosos texto, y delicioso poema, acompañados con la magia del sonido del Claro de Luna de Beethoven.
ResponderEliminarUna delicia de post, para disfrutar y vivirlo.
Un abrazo enorme Gustavo.
Malabaristas quería decir.
ResponderEliminar¡Enhorabuena por las estadísticas Gustavo. Engrandeces el amor de forma maravillosa tanto en el relato com en la poesía. Sensual, mágico...es un amor que va mas allá de... Un abrazo.
ResponderEliminarEnhorabuena por todo Gustavo; por tu buen hacer, por esa expansión, y por ese reconocimiento que los buenos creadores, poetas y escritores se merecen.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tus palabras.
Feliz Navidad.Un abrazo
ResponderEliminarAntes que nada agradezco Gustavo querido que seamos portada de tu blog, con nuestro Parque de Poetas,graciaaaas!
ResponderEliminarAbrazos a todos los poetas que con la estadística nos damos cuenta son muchos y en muchos países, prueba de tu gran trabajo y constancia, excelente poetizar y don de gentes! gracias por conectarnos con Carlos Fajardo y poder conocer el magnífico trabajo de la artista Rosenell, ves? tu blog es una hermosa caja de complicidades y cariño que perdurará en el tiempo! abrazos.