La Navidad en Estocolmo, Suecia.

La Navidad en Estocolmo, Suecia.
Estocolmo, Suecia, con árbol de Navidad - Fotografía de Henrik Trygg tomada de httpmediabank.visitstockholm.com


Cada semana dejo mis poemas como una forma de establecer un diálogo abierto y de puro sentimiento con todos ustedes que me leen y me estimulan a continuar en esta aventura de hacer cultura. Cada visita, cada palabra de ustedes es un paso más hacia la cima del hombre nuevo, el hombre sabio.

lunes, 29 de febrero de 2016

El drama del exilio

Hola mis amigos de Contrastes, una nueva semana y de nuevo con ustedes para seguir construyendo el tejido poético de esta bitácora, tan tuya y tan mía.
Continuando con la serie "Relatos del Exilio", les comparto esta vez el capítulo grabado en Alemania, un capítulo en donde la poesía brilla con luz propia en la voz del exiliado Erick Arellana Bautista. Con este capítulo cierro la serie de entradas referentes al exilio y con las que pretendí acercarlos a ustedes, amigos míos, al drama de tener que dejarlo todo para poder seguir viviendo.
Quienes deseen seguir viendo los capítulos completos de "Relatos del exilio", lo pueden hacer en Canal Capital de Bogotá, Colombia, en el siguiente enlace:



Relatos del Exilio – Erick Arellana Bautista (Alemania).
Dirige: Luisa Fernanda López

A continuación, les ofrezco mi poema “Diecisiete años” que, por supuesto, hace referencia al tema que vengo tratando en Contrastes. El poema lo escribí cuando ya tenía 17 años de estar viviendo en Suecia; el día en el que escribí mi poema, era uno de esos días en los que el exilio me pesaba en los hombros y un vacío total me desgarraba por dentro. 

 Pintura de la artista rumana  Melinda Matyas ©
Inner traveller, óleo sobre lienzo.


Diecisiete años


Diecisiete años de ausencia infinita
son años que parecen siglos blasfemos,
parecen una raya maldita en el alma muerta,
la señal de una daga o la huella del exilio.

Y el hombre, fuera de su tierra patria,
desparrama sus años en un paisaje ajeno;
él, de pronto, es sonrisa evanescente
y después un corazón goteando soledades.

Diecisiete años con pasos vacilantes
y la distancia entre la tierra de allá  y de acá
parece la huella perdida después de la lluvia,
un minuto congelado donde hieren los recuerdos.

Y el hombre, fuera de su tierra patria,
es un abismo de ojos contemplando cicatrices,
un pájaro abatido sin fuerzas para el vuelo,
una sombra envejecida soñando lo perdido.



Gustavo Figueroa Velásquez
©


Tuvimos que volar - Tema original de Relatos del Exilio.
Canta: Victoria Sur. Autor: César López.

14 comentarios:

  1. Amigo, eres uno de esos tantos guerreros.... que pasan hambre, frío, sed del cuerpo y el alma, retroceden cuando deben y luego embisten a la soledad.Tú tuviste suerte, lograda por la constancia, el aguante y el amor de una familia. Me encantan tus posts. Abrazo desde Buenos Aires

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Andy:

      Un ser humano debe luchar por su libertad y por su vida y eso he hecho siempre.
      Gracias mi querida amiga por venir y dejar tus palabras, tus sentimientos en Contrastes.
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Estas cosas tan desgarradoras, que a todos los exiliados os toca, vivir, pone los pelos como escarpias, y es bueno y muy saludable, denunciarlo y que se sepa, para que la gente se conciencie de lo que supone estos dramas. Impacta tu poema.

    Fuerte abrazo Gustavo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Rafa:

      Por eso que tú dices es que mi poesía no puede ser únicamente un objeto de decoración, mi poesía debe tener un papel en la denuncia, en el grito que se da cuando se trata de arrancar las cadenas que ahogan al ser humano; mi poesía debe ayudar a que yo mismo, como poeta o como hombre, me transforme en un ser capaz de trascender para dar saltos de calidad junto con la sociedad en la que vivo.
      Fuerte abrazo Rafa.

      Eliminar
  3. Querido Gustavo:

    Son tu versos los que se clavan como escarpias y no salen, y dejan una cicatriz, la de los que sufren el drama del exilio y la de los que lo contemplan, porque este es o debería ser un drama de todos los que habitan la misma tierra, los sufrimientos de una persona son los míos, ay de aquel que quiera desentenderse, quizás algún día encuentre su propia sombra errante.

    "Diecisiete años como daga, parecen una raya maldita", pero atención "en un alma muerta".

    "Sonrisa evanescente", "corazón goteando soledades", no puede haber un retrato más descarnado del sentimiento desposeído de la tierra. Más nítido y más terrible. "El minuto congelado" en el frío del dolor permite mirar "el abismo de ojos contemplando cicatrices".

    Ahora bien, el cierre del poema es de tal fuerza, de tal poder evocador del dolor, del sufrimiento de la injusticia que es imposible sustraerse a su influencia, el hombre se ha convertido en:

    "un pájaro abatido sin fuerzas para el vuelo,
    una sombra envejecida soñando lo perdido."


    Las imágenes oníricas de un sueño de pesadilla golpean en la psique y en el alma de lector, que quiere brindar su compromiso y solidaridad con el doliente.

    Gracias por este intenso trabajo, querido Gustavo, ha sido un viaje terrible, pero imprescindible.

    Un abrazo, querido poeta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi admirada elena clásica:

      Hay un deber de solidaridad humana y ese es el de abrazar al exiliado, ese desterrado de su tierra, arrancado violentamente del seno de su familia, de sus amigos, de todos sus seres queridos, violentado hasta en la última y más ínfima sensación de su alma. He intentado mínimamente reflejar con mis versos y a través de mis propias vivencias y paradojas, el desgarre del exilio desde la orilla mismísima del dolor. En "Memoria de la melancolía" dice, María Teresa León, la brillante escritora que fue la compañera del inolvidable Rafael Alberti:
      " Estoy cansada de no saber dónde morirme. Ésa es la mayor tristeza del emigrado. ¿Qué tenemos nosotros que ver con los cementerios de los países donde vivimos? [...]

      ¿No comprendéis? Nosotros somos aquellos que miraron sus pensamientos uno por uno durante treinta años. Durante treinta años suspiramos por nuestro paraíso perdido, un paraíso nuestro, único, especial. Un paraíso de casas rotas y techos desplomados. Un paraíso de calles desiertas, de muertos sin enterrar. Un paraíso de muros destruidos, de torres caídas y campos devastados [...] Podéis quedaros con todo lo que pusisteis encima. Nosotros somos los desterrados de España [...] Dejadnos las ruinas. Debemos comenzar desde las ruinas. Llegaremos..."
      El daño está hecho pero la conciencia del exiliado, como yo, lo obliga a mantenerse en pie de lucha y su palabra es como una lanza disparada al corazón de piedra de los que se creyeron los dueños de la tierra.
      Creí necesario , querida elena, tocar la conciencia de mis lectores haciendo uso del poder que me da esta bitácora. Soy yo el que te agradece por acompañarme, cada palabra tuya es como tu abrazo solidario que es un bálsamo y una trinchera, una nueva primavera para seguir viviendo la vida que un día me quisieron arrebatar.
      Un abrazo, querida Poeta y amiga.

      Eliminar
  4. Maestro, uno lee Diecisiete años...y siente ese dolor en el costado, que es estar sin patria, anhelando el regreso. Razón tenía Vargas Vila, cuando en uno de sus libelos, escribió que el primero que trazó una raya, y dijo esto es mío, le dio aliento al capitalismo, que desheredó la tierra, la hizo propiedad de unos, y le dio pábulo a la acumulación de capital, con su explotación. VCOmprende uno, con su poema, no sólo el dolor, sino ínsitu la razón del huyente. UN abrazo. Carlos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Maestro Carlos:

      Hay heridas que no cicatrizan y están allí para recordar siempre que existe una tierra manoseada por unos asesinos de corbata, esos que se autoproclaman los hijos legítimos de la patria. Pero, de cuál patria? Me imagino que la de ellos, porque la nuestra y la de los desplazados, la de los exiliados, sigue clavada en el sentimiento, porque la patria es eso como lo dijera Rubén Blades, es decir, "La patria es un sentimiento", la patria viaja con nosotros y seguiremos reclamando nuestro espacio allá en donde "Tomasa y José viven esperando a cambie la situación..." mientras tanto, me queda la palabra como un compás de espera, de un espera no pasiva, una palabra para cantarle al viento, a la montaña, a la mar, al compañero y a la compañera que creen, por encima de todo, como creo yo también, en el hombre nuevo.
      Un abrazo mi admirado Poeta.

      Eliminar
  5. Tu poema me ha dado escalofríos, Gustavo.
    Y cómo resume los sentimientos más profundos
    de alguien, como tú, forzado al exilio.

    Me guardo el enlace para ver la película
    cuando tenga tiempo.

    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Myriam:

      Eso es porque has ido hasta el mismísimo fondo del drama del exilio, de mi exilio.
      Te recomiendo esa serie de Relatos del Exilio.
      Abrazos.

      Eliminar
  6. Hola, Gustavo. Tu poema hermoso y profundo como tu compromiso con los derechos de tu pueblo y del hombre oprimido. Desde el ámbito literario ofreces tu creatividad y te implicas en ese logro de alcanzar libertades. Admirable labor, por ser la voz de muchos.

    Estoy leyendo tu libro de "Contrastes", lo compré en Amazón en digital. Me está gustando mucho, lo voy leyendo con detenimiento, pues tu poesía me parece espléndida, cargada de sutiles significados.
    Un abrazo y tengas lo mejor para ti y los tuyos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. DMClarisa Tomás:

      Gracias querida amiga por tu lectura atenta de mi poema, por entender a través de mis letras el drama del exilio y, aún más, por entender mi compromiso por un mundo mejor.
      Me hace feliz que ya esté en tus manos Contrastes y que te esté gustando. Espero que cuando lo hayas leído todo me cuentes más.
      Gracias por tu abrazo y recibe el mío.

      Eliminar
  7. Tus 17, Erick, Nidia y todas las Nidias,seca la garganta y las lágrimas que esconde la tía de Erick,procuran la catarata sostenida en nosotros los que te leemos y sentimos que este país, se quedó suspendido en un espaciotiempo,vacío y sin luz .Parece que estamos condenados a cien años... Abrazos siempre Gustavo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jenny:

      Si no reaccionamos, Macondo, vivirá un interminable "cien años de soledad", sin ríos de agua y si de sangre, sin mariposas amarillas y las palomas como la alegoría de la paz.
      Abrazos mi querida Poeta.

      Eliminar