La Navidad en Estocolmo, Suecia.

La Navidad en Estocolmo, Suecia.
Estocolmo, Suecia, con árbol de Navidad - Fotografía de Henrik Trygg tomada de httpmediabank.visitstockholm.com


Cada semana dejo mis poemas como una forma de establecer un diálogo abierto y de puro sentimiento con todos ustedes que me leen y me estimulan a continuar en esta aventura de hacer cultura. Cada visita, cada palabra de ustedes es un paso más hacia la cima del hombre nuevo, el hombre sabio.

domingo, 14 de febrero de 2016

Hombre de barro

Estimados amigos de Contrastes, a partir de esta edición, reproduciré algunos capítulos de la serie "Relatos del exilio", que se estuvo emitiendo en la televisión de Colombia y concretamente en el  "Canal Capital" de Bogotá, con la dirección de la periodista Luisa Fernanda López.  Luisa Fernanda es periodista multimedia, trabajó durante diez años en Radio Nederland Internacional, es editora para América Latina del movimiento mundial  de video periodismo, productora general de la serie "Relatos del exilio"; actualmente trabaja como profesora de la Universidad Externado de Colombia en la facultad de periodismo.
Luisa Fernanda dice en relación a su programa:  "Relatos del Exilio, básicamente, trata de contar historias que han sido invisibilizadas durante mucho tiempo en este país (Colombia), incluso ahora que estamos hablando de paz...".  En Relatos del Exilio la periodista Luisa Fernanda muestra aquéllos casos de colombianos que tuvieron que exiliarse como única manera de poder salvar sus vidas. Cada capítulo es, pues, un descubrir el drama de aquéllas personas que por sus posiciones políticas de izquierda o por pensar, simplemente, de manera diferente, fueron condenadas a la pena capital en un país en donde "constitucionalmente" no existe la pena de muerte.

Amigos míos, les invito a ver "Relatos del Exilio" para que puedan comprender mucho más la tragedia que vivimos quienes hemos sido obligados a dejar Colombia.

Relatos del exilio - Francia.


A continuación, amigos míos, les invito a leer mi poema para esta semana.

Los condenados de la tierra - Obra del pintor ecuatoriano
Oswaldo Guayasamín.

Hombre de barro


Todo lo que yo no recuerdo
galopa en el ruido de cristales rotos,
en la lluvia repentina de los ojos,
en la silueta blasfema del pasado;
hay una cortina espesa, negra,
sobre la memoria adormilada
y un desfile de antorchas apagadas
ensombrece la brevedad de un segundo.
Sólo el polvo como una pátina gris,
como un monstruo atomizado,
devora lentamente, sin prisa,
como la serpiente que engulle a su presa,
todo vestigio de lo que fue y ya no es.
Leve, cuerpo de hueso y carne, leve,
en el preámbulo imperceptible
del presente sin referencia del pasado,
así, casi que ingrávido, pobre mortal,
me aferro a la roca que sangra mi sangre
para ser con ella una simbiosis pétrea,
¡oh hombre de barro, polvo de la historia!

Gustavo Figueroa Velásquez
©

Atahualpa Yupanqui (Argentina) - El andar.

6 comentarios:

  1. Mi querido y admirado Gustavo:

    Este poema tiene una fuerza titánica, y es que goza del poder de la verdad, de la víctima que sangra y clama contra la injusticia, el ánimo de mirar de frente el muro de polvo que la memoria, pobre, desgastada, encogida, desgarrada ha creado para sobrevivir.

    El campo semántico de la negrura, de la noche oscura del alma, del insoportable dolor, de la soledad, de la angustia se expresa claramente en expresiones fuertes, terribles y directas, como en: "ruido", "cristales rotos", "lluvia de los ojos", "la silueta blasfema", "cortina espesa, negra", "antorchas apagadas", "ensombrece", "polvo", "pátina gris", "monstruo", "serpiente", donde los sustantivos brutales se acompañan de algunos adjetivos especificativos duros, cortantes, sin esperanza. Mientras que los verbos "devora", "engulle" nos remiten a la imposibilidad de la reconstrucción total del cuerpo, el alma y la memoria.

    Los últimos versos, a modo de conclusión ratifican lo ya dicho en una muestra de belleza lírica memorable que expresan la fragilidad del ser humano, pobre, pobre, a merced de los elementos de la destruccióon que no proceden de la naturaleza, sino de la maldad de sus congéneres. Por ello, la delicadeza de la persona herida y atacada se abraza a la fuerza de la roca, buscando en su naturaleza la entereza que no ha encontrado en sus semejantes, así:
    "Leve, cuerpo de hueso y carne, leve", y el bellísimo e inquietante verso final "¡oh hombre de barro, polvo de la historia!"

    No se puede decir con más justicia, con más belleza, con esa fuerza y sutileza unidas que conmueven el ánimo y nos hacen gritar contra las injusticias.

    Me hiciste, amigo y poeta Gustavo, recordar una cita de Schopenhauer, que tanto me había impresionado y siempre resuena en mi cabeza y dice así: "die Existenz eines Menschen ist nicht wichtiger als die eines Steines." "La vida de una persona no es más importante que la de una piedra."

    Tenías que llegar tú, querido Gustavo, para hacer viva esa piedra en simbiosis con el hombre.

    Sin palabras, simplemente gracias y que el clamor contra la injusticia nunca, nunca cese.


    Maravillosa idea la de los programas sobre los relatos del exilio y estupenda música. Pero, ante todo, extraordinario poema, así su autor, extraordinaria persona.

    Te envío un abrazo muy fuerte, querido poeta y amigo.

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    1. Querida elena clásica:

      Debo felicitarte, además con mucho entusiasmo, porque has hecho una extraordinaria disección del poema "Hombre de barro"; diría yo que lograste, con tu lectura pormenorizada, encarnar el alma de lo que con este tejido de palabras intenté transmitir, es como si hubieras hecho un viaje desde tu España hasta mi cerebro para escudriñar o dar en el busilis del asunto y, luego, a partir de eso, hacer un exordio de lujo que, te confieso, me ha emocionado hasta dejarme en un estado de arrobo y de inmenso agradecimiento por la seriedad con la que abordas cada uno de mis poemas.
      Creo que el ser humano como parte del desarrollo de la historia y del ecosistema está llamado a seguir indagando por su pasado en aras de la memoria histórica como base fundamental para el devenir. Creo que Pablo Neruda lo intenta, felizmente, en su grandiosa obra del Canto General cuando recogiendo los dolores del pasado de los pueblos indígenas exhorta a la esperanza y a la construcción de sociedades más justas, con la conciencia de nuestro papel en la nueva sociedad; la solidaridad, ante todo, es el puente que vincula a los seres humanos en la construcción de una nueva y feliz primavera y lo dice bellamente en su poema XII del Canto General:

      Sube a nacer conmigo, hermano.
      Dame la mano desde la profunda
      zona de tu dolor diseminado.
      No volverás del fondo de las rocas.
      No volverás del tiempo subterráneo.
      No volverá tu voz endurecida.
      No volverán tus ojos taladrados.
      Mírame desde el fondo de la tierra,
      labrador, tejedor, pastor callado:
      domador de guanacos tutelares:
      albañil del andamio desafiado:
      aguador de las lágrimas andinas:
      joyero de los dedos machacados:
      agricultor temblando en la semilla:
      alfarero en tu greda derramado:
      traed a la copa de esta nueva vida
      vuestros viejos dolores enterrados.
      Mostradme vuestra sangre y vuestro surco,
      decidme: aquí fui castigado,
      porque la joya no brilló o la tierra
      no entregó a tiempo la piedra o el grano:
      señaladme la piedra en que caísteis
      y la madera en que os crucificaron,
      encendedme los viejos pedernales,
      las viejas lámparas, los látigos pegados
      a través de los siglos en las llagas
      y las hachas de brillo ensangrentado.
      Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta.

      A través de la tierra juntad todos
      los silenciosos labios derramados
      y desde el fondo habladme toda esta larga noche
      como si yo estuviera con vosotros anclado,
      contadme todo, cadena a cadena,
      eslabón a eslabón, y paso a paso,
      afilad los cuchillos que guardasteis,
      ponedlos en mi pecho y en mi mano,
      como un río de rayos amarillos,
      como un río de tigres enterrados,
      y dejadme llorar, horas, días, años,
      edades ciegas, siglos estelares.

      Dadme el silencio, el agua, la esperanza.

      Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.

      Apegadme los cuerpos como imanes.

      Acudid a mis venas y a mi boca.

      Hablad por mis palabras y mi sangre.

      Gracias, mil gracias, querida amiga mía...eres inmensa!!!
      Recibe mi más feliz abrazo y un beso.

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  2. Que triste resulta el relato de estas personas, que al igual que tú, por motivos políticos,o simplemente porque los gobernantes de un país quieran eliminar a gente que no les bailas las aguas, tengan que abandonar su tierra, y vivir en le exilio. Que a estas alturas de la vida, todavía haya gente que viva bajo el yugo y la presión de cuatro miserables con poder, es muy lamentable. Muy hermosos los vídeos, y fantástico el poeta.En cuanto a la foto de esos niños indígenas, es realmente impactante, pero de una gran belleza. En cuanto a ese poema tuyo: Hombre de de barro, es una delicia. Estos hombres de barro que describes, puede que pasen mucha adversidades y calamidades, pero en el fondo esas penurias, por las que pasan, los hacen mucho más fuertes, y jamás consiguen derrumbarlos.

    Fuerte abrazo Gustavo.

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    1. Rafa:

      Esa es la realidad del país del que se habla en el vídeo y de donde yo mismo tuve que irme hace ya 25 años.
      Gracias compañero por seguir y apreciar mi obra poética y por darme tu valioso tiempo y tus palabras que siempre aportan a este blog.
      Recibe mi abrazo.

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  3. El barro qué mejor ícono, para una América condenada al lodo, por el derrumbe de su destino de la cultura del maiz, de los metales, de los ríos rumorosos...Se levantará...el maiz crecerá,el cañihuaco, entre los monumentales edificios del desarrollismo y el capital financiero, para ser de nuevo nosotros. UN abrazo. Carlos

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  4. ❝la poesía es una conciencia del mundo,
    una manera particular de afrontar la realidad.❞
    Andrei Tarkovsky.

    y no digo mas nada que me pongo a llorar...

    Feliz noche compañero

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