Aracataca
El amor en los tiempos del cólera
Gabriel García Márquez.
Foto tomada de El Mundo de España.
La cultura universal
de luto, falleció Gabriel García Márquez
García Márquez, ganador del premio Nobel de Literatura en el año 1982, nació el 6 de marzo de 1927, en Aracataca, un municipio del departamento bananero de Magdalena (norte), era hijo de un telegrafista y de la hija de un coronel.
Al culminar sus estudios secundarios, García Márquez se fue a Bogotá (capital) a estudiar derecho en la Universidad Nacional de Colombia, para complacer a sus padres, sin embargo en sus tiempos universitarios, dedicaba especial atención a la lectura y al descubrimiento de nuevos autores.
Tras el asesinado de Jorge Eliécer Gaitán fue cerrada la universidad y el Gabo, como también es conocido, desiste de convertirse en abogado y se centra en el periodismo. Se traslada a Barranquilla (norte) para trabajar como columnista y reportero en el periódico El Heraldo.
Posteriormente fue enviado a París para ser corresponsal extranjero de El Espectador. Estando en Europa, conformó el círculo de escritores y pensadores que le dieron vida al conocido “boom latinoamericano” (movimiento literario, político y social que surgió entre los años 1960 y 1970).
El Gabo obtiene notoriedad mundial cuando se publica Cien Años de Soledad en junio de 1967. Ésta se convierte en su obra maestra y hace de Latinoamérica la patria grande del realismo mágico, poniendo en el mapa a un caribe inimaginado en otras latitudes con la increíble historia de una saga familiar.
Esta fascinación por el Caribe, que le dio la vuelta al mundo con Cien Años de Soledad, le valió el premio Nobel de Literatura. García Márquez recibió el premio en Suecia, donde vestido de liqui-liqui tomó la medalla y el diploma que lo consagraron como un grande de la literatura. En su discurso rompió el silencio del auditorio para hablar de su Latinoamérica natal "yo sueño que ahora las estirpes condenadas a Cien Años de Soledad, tengan una segunda oportunidad sobre la tierra", dijo en esa oportunidad.
El Coronel no tiene quien le escriba, El amor en tiempos de cólera, El general en su laberinto entre otras tantas obras, hicieron de García Márquez, una referencia mundial de la literatura en clave latinoamericana. Recibió -entre otros- varios reconocimientos como el premio Rómulo Gallegos, la condecoración Águila Azteca en México, la orden de la legión de honor en París.
(Tomado
de Telesur)
Gabriel García Márquez
Foto de Claudia Rubio - El Tiempo de Colombia.
En 1982, Gabo fue distinguido con el Premio Nobel de Literatura y bien vale la pena recordar aquí una parte muy importante de su discurso, ya al final del mismo, Cuando alude a la poesía.
"..Agradezco a la Academia de Letras de Suecia el que me haya distinguido con un premio que me coloca junto a muchos de quienes orientaron y enriquecieron mis años de lector y de cotidiano celebrante de ese delirio sin apelación que es el oficio de escribir. Sus nombres y sus obras se me presentan hoy como sombras tutelares, pero también como el compromiso, a menudo agobiante, que se adquiere con este honor. Un duro honor que en ellos me pareció de simple justicia, pero que en mí entiendo como una más de esas lecciones con las que suele sorprendernos el destino, y que hacen más evidente nuestra condición de juguetes de un azar indescifrable, cuya única y desoladora recompensa, suelen ser, la mayoría de las veces, la incomprensión y el olvido.
Muchas gracias."
Es por ello apenas natural que me interrogara, allá en ese trasfondo secreto en donde solemos trasegar con las verdades más esenciales que conforman nuestra identidad, cuál ha sido el sustento constante de mi obra, qué pudo haber llamado la atención de una manera tan comprometedora a este tribunal de árbitros tan severos. Confieso sin falsas modestias que no me ha sido fácil encontrar la razón, pero quiero creer que ha sido la misma que yo hubiera deseado. Quiero creer, amigos, que este es, una vez más, un homenaje que se rinde a la poesía. A la poesía por cuya virtud el inventario abrumador de las naves que numeró en su Iliada el viejo Homero está visitado por un viento que las empuja a navegar con su presteza intemporal y alucinada. La poesía que sostiene, en el delgado andamiaje de los tercetos del Dante, toda la fábrica densa y colosal de la Edad Media. La poesía que con tan milagrosa totalidad rescata a nuestra América en las Alturas de Machu Pichu de Pablo Neruda el grande, el más grande, y donde destilan su tristeza milenaria nuestros mejores sueños sin salida. La poesía, en fin, esa energía secreta de la vida cotidiana, que cuece los garbanzos en la cocina, y contagia el amor y repite las imágenes en los espejos.
En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte. El premio que acabo de recibir lo entiendo, con toda humildad, como la consoladora revelación de que mi intento no ha sido en vano. Es por eso que invito a todos ustedes a brindar por lo que un gran poeta de nuestras Américas, Luis Cardoza y Aragón, ha definido como la única prueba concreta de la existencia del hombre: la poesía. Muchas gracias."
Paz en la tumba
del padre del realismo mágico.
Estación del tren de Aracataca.
Cuando se me atasca el llanto
Cuando se me
atasca
el llanto en la
garganta
y los ojos se
desbordan
en lágrimas,
cuando se me
vienen,
de repente,
todos los
sentimientos
al alma,
a esta alma que
goza y sufre,
cuando me pasa
eso,
¡ay, qué mortal
me siento!
y la resaca de los
años idos
aflora como un
río crecido,
como la
inexorable muerte
con su horror
interminable,
como cuando el
amor
abandona la carne
pútrida
para ser sólo
sentimiento.
Cuando se me
atasca
el llanto en la
garganta
y los ojos se
desbordan
en lágrimas,
siento, entonces,
la levedad gélida
de un segundo huérfano
de horas,
el golpe de un
rayo misterioso
en las costillas,
el aullido de los
lobos
destrozando,
impertérritos,
el aplomo de mis
nervios.
Gustavo Figueroa
Velásquez
©
Rodolfo con Los Hispanos de Colombia -
Los Cien años de Macondo
"ya desbordarán tus lágrimas en río incontenible
ResponderEliminary serán auténticas como las de un niño........"
¡UN ABRAZO GUSTAVO!
Lao:
EliminarComo latinoamericano que soy, como un ser humano en el exilio, siento la muerte de Gabo como algo que taladra el alma dejándome exhausto en una infinita soledad.
Gracias amigo por tu abrazo.
Queridísimo Gustavo:
ResponderEliminarNo estamos deshaciendo en lágrimas. Nuestro Gabo del alma... Qué dolor tan grande. Como grande ha sido y es él, el escritor enorme, genio, comprometido, irrepetible, único, el que entendía las emociones humanas y las trascendía desde su toque espiritual bellísimo y misterioso.
Qué poema hermoso, incontenible como la fuerza de las lágrimas cuando brotan sencillas y puras del interior, qué versos,
"como cuando el amor
abandona la carne pútrida
para ser sólo sentimiento."
Estoy sintiendo en este instante
"la levedad gélida
de un segundo huérfano de horas,
el golpe de un rayo misterioso
en las costillas".
Viva tu verso por estos momentos de empatía, de emoción y genialidad.
Al menos a tu lado tenemos un poquito más de consuelo. Muchas gracias amigo y un fuerte abrazo.
Querida Elena Clásica:
EliminarTú lo has dicho todo y de qué manera más sabia; eso, todo eso fue Gabo, pero Gabriel también fue un buscador, un hombre de quimeras, un gigante que levantó a América Latina y trató de darle su dignidad,
Si, mi querida amiga, mi verso llora y tiene el dolor de esos días aciagos, en donde el peso de los cristales rotos dobla los hombros y la razón se doblega ante el dolor; pero, estamos juntos en esta hora de la ascensión de Gabo a la inmortalidad y nos queda su obra para que él viva por siempre entre nosotros.
Todo duelo tiene su tiempo y hay que procesarlo, mientras tanto no podremos evitar sentirnos como en ese verso del también fallecido poeta colombiano Porfirio Barba Jacob:
"...Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar.
El alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos puede consolar.
Mas hay también ¡Oh Tierra! un día... un día... un día...
en que levamos anclas para jamás volver...
Un día en que discurren vientos ineluctables
¡un día en que ya nadie nos puede retener!"
Soy yo el que agradece tu solidaridad y tu abrazo.
Se nos fue para siempre el querido Gabo. Grande es la tristeza y solo nos queda el consuelo de su obra.
ResponderEliminarRealmente, estoy sin palabras, emocionada por la pérdida del maestro.
Tu entrada ha conseguido que se me saltaran las lágrimas. Ese poema es sentimiento puro, belleza que recoge también mi sentir presente.
Un abrazo enorme, querido Gustavo.
Isabel:
EliminarQuerida Escritora y Poeta, tus lagrimas son las de todos los que hemos perdido el maravilloso encanto de un hombre gigante, un genio de la literatura universal, el hombre que transformó la realidad en fantasía y viceversa. Y, desde la altura de mi poema, lloro y dejo que llore la gente que se adentró en el mundo del gran escritor de Aracataca y que llegó a amarlo como a ese padre que nos contaba una historia, extraña, a veces, pero cautivante. Su obra trascendió la barrera idiomática y escuché acá en Suecia a persas, árabes, suecos, ingleses, rusos, entre otros, hablar de Cien Años de Soledad, del Amor en los tiempos del Cólera, etc.
Gracias mi estimada amiga y hoy más que nunca me hace bien tu abrazo.
Me uno a tu homenaje y al dolor que pones de
ResponderEliminarmanifiesto en tu poema, RIP, pero lo llevamos dentro
y lo recordaremos siempre,
Un abrazo, Gustavo
Myriam:
EliminarAsí es mi estimada amiga; a Gabo lo llevaremos siempre dentro y cada uno de sus libros nos lo estarán recordando.
Un abrazo.
Gustavo, un placer acercarme a través de este colombiano maravilloso a tus letras. Uno de los beneficios de la soledad que encierra su obra y que en el exilio en mi "casi isla", me acompaña.
ResponderEliminarLa peor soledad es la que se vive en compañía , y que se enseñoreo durante más de cien años en Macondo. detalle en el que se ha reconocido la humanidad que ha tenido la oportunidad de lee esta obra.
Un abrazo fuerte compañero de oficio.
Leticia:
EliminarPrimero quiero darte la bienvenida a Contrastes y luego agradecer tu valioso comentario sobre un grande de la literatura universal. A través de ti quiero agradecer a México y a todo su querido pueblo por haber acogido y haber llegado a amar a Gabriel García Márquez.
Recibe un fuerte abrazo y ven cuando quieras o puedas.
Es bellísimo tu poema Gustavo pleno de sentimientos que nos abarcan a todos por estos días.
ResponderEliminarSentimos la muerte de GGM no sólo como la de un escritor universal , sino como la de una amigo querido que se nos adelantó en el viaje. En su enorme generosidad nos dejó un legado que sirve de consuelo para los días en que la tristeza por su ausencia nos gane, de esa forma el dolor dará paso a la resignación, creo que es lo que él hubiera deseado, que lo recordemos sí, pero de la mejor manera.
Un grande abrazo amigo Poeta.
REM
Rembrandt:
EliminarTotalmente de acuerdo contigo mi querida amiga.
Gracias por tu abrazo y recibe el mío,
Versos sentidos para un gran poeta que hizo poesía en sus obras y nos llenó de las imágenes más hermosas.
ResponderEliminarTe dejo un fragmento de la reseña que hoy sacó Piedad Bonnet poeta Colombia:
El verso puede ser la forma en que mejor encaja la poesía, pero no la única. Y por eso podemos afirmar que Gabriel García Márquez no frenó o mutiló su empuje de poeta, sino que se sirvió de él para darle vuelo a sus narraciones. Cualquiera que lea Cien años de soledad descubrirá en sus imágenes, en su musicalidad y en la precisión certera de los adjetivos, la fuerza sutil y rotunda de la verdadera poesía. Una frase como esta, referida a Pilar Ternera, así lo testimonia: “Había perdido en la espera la fuerza de los muslos, la dureza de los senos, el hábito de la ternura, pero conservaba intacta la locura del corazón”.
Un abrazo fuerte amigo.
Mi apreciada Susana:
EliminarTe doy mis agradecimientos por tu aporte a Contrastes y por traer hasta esta Casa cultural las palabras, de la Poeta colombiana Piedad Bonnet, sobre nuestro Gabo; ella lo dice y lo sintetiza de una manera admirable, porque, en realidad, Gabriel García Márquez, era un poeta, un maestro a la hora de la metáfora y de usar el adjetivo...tenía esa impresionante capacidad de ver lo que otros no podían ver y eso lo podía porque lo veía con el prisma de la poesía. Tanto era su amor por la poesía que el día que recibió el Premio Nobel de Literatura en Estocolmo, en su histórico e inolvidable discurso, hizo una muy importante referencia a la belleza y vitalidad de la poesía.
Poeta, recibe un fuerte abrazo y, a través de ti, a toda la Puerta de Oro de Colombia.
Merecido y bonito homenaje,amigo.Un fuerte abrazo
ResponderEliminarJosá María:
EliminarMuchas gracias amigo mío.
Un abrazo.
... hay que mortal me siento... y la resaca de los días idos... bello tu poema Gustavo querido, gracias por cantar nuestro dolor en un poema tuyo. hoy eres nuestro dolor hecho poema.
ResponderEliminarTE ENVÍO EL MENSAJE DE MI FACE PARA GABO Y SUS POEMAS.
Gracias Gabo por dejarnos tus mariposas amarillas y un paisaje macondiano y eterno, en donde se forje la ilusión de no ser una estirpe condenada a cien años de soledad y podamos tener una segunda oportunidad sobre esta tierra Colombiana.
LA POESÍA DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
“LA MUERTE DE LA ROSA”:
Murió de mal de aroma
Rosa idéntica, exacta.
Subsistió a su belleza,
Sucumbió a su fragancia.
No tuvo nombre: acaso
La llamarían Rosaura,
O Rosa-fina, o Rosa
Del amor o Rosalía,
O simplemente: Rosa,
Como la nombra el agua.
Más le hubiera valido
Ser siempreviva, Dalia,
Pensamiento con luna
Como un ramo de acacia.
Pero ella será eterna:
Fue rosa y eso basta.
Dios le guarde en su reino
A la diestra del alba.
“Poema desde un caracol”:
Yo he visto el mar. Pero no era
El mar retórico con mástiles
Y marineros amarrados
A una leyenda de cantares.
Ni el verde mar cosmopolita
—mar de Babel— de las ciudades,
que nunca tuvo unas ventanas
para el lucero de la tarde.
Ni el mar de Ulises que tenía
Siete sirenas musicales
Cual siete islas rodeadas
De música por todas partes.
Ni el mar inútil que regresa
Con una carga de paisajes
Para que siempre sea octubre
En el sueño de los alcatraces.
Ni el mar bohemio con un puerto
Y un marinero delirante
Que perdiera su corazón
En una partida de naipes.
Ni el mar que rompe contra el muelle
Una canción irremediable
Que llega al pecho de los días
Sin emoción, como un tatuaje.
Ni el mar puntual que siempre tiene
Un puerto para cada viaje
Donde el amor se vuelve vida
Como en el vientre de una madre.
Que era mi mar el mar eterno,
Mar de la infancia, inolvidable,
Suspendido de nuestro sueño
Como una paloma en el aire.
Era el mar de la geografía
De los pequeños estudiantes,
Que aprendimos a navegar
En los mapas elementales.
Era el mar de los caracoles,
Mar prisionero, mar distante,
Que llevábamos en el bolsillo
Como un juguete a todas partes.
El mar azul que nos miraba,
Cuando era nuestra edad tan frágil
Que se doblaba bajo el peso
De los castillos en el aire.
Y era el mar del primer amor
En unos ojos otoñales.
Un día quise ver el mar
—mar de la infancia— y ya era tarde.
Querida Poeta:
ResponderEliminarMe gusta mucho tu mensaje en tu face para Gabo y te agradezco profundamente tu gran aporte a este homenaje que he hecho al inolvidable escritor de Aracataca. Los poemas de la etapa de su juventud son indudablemente una joya que hay que conservar y seguir leyendo como una referencia para nosotros que hemos osado recorrer el sinuoso pero bello camino de la poesía.
Tu alma de Poeta hace que, al igual que yo, clamemos porque esos cien años de soledad no nos sigan acompañando en esa feraz tierra colombiana y un glorioso día cese la horrible noche y, por fin, podamos ver un nuevo amanecer libre de sinvergüenzas y fascistas que aún siguen desangrando la tierra de García Márquez.
Mi admirada Poeta, recibe un gran abrazo.
Que mil pájaros le escriban en el cielo la Bienvenida.
ResponderEliminarAbrazos, Gustavo.
Alicia:
EliminarOjalá sea así mi estimada Poeta y Escritora.
Abrazos.
Paz en su tumba, y un camino de flores amarillas hacia la inmortalidad...
ResponderEliminarAbrazos.
Rafael:
EliminarQue así sea Maestro!
Un abrazo.
Se ha ido uno de los grandes del mundo de la cultura, descanse en paz. Excelente ese poema, que muestra tu más hondo pesar.
ResponderEliminarUn abrazo Gustavo.
Rafa:
EliminarSi, lo has dicho muy bien, se ha ido uno de los grandes del mundo de la cultura. Gracias por tu referencia a mi poema.
Un abrazo.
Nos queda su obra...Hermoso homenaje.
ResponderEliminarun saludo
Karin:
EliminarY a través de su obra lo seguirémos teniendo vivo.
Saludos.
Otro grande que nos ha dejado pero sólo físicamente, porque jamás se va del todo quién deja imperecederas sus palabras.
ResponderEliminarBellísimo el homenaje que le rindes y al que me sumo.
Un abrazo.
Belén:
EliminarJustas e inteligentes palabras amiga mía.
Gracias por venir hasta Contrastes.
Un abrazo.
Maestro, Gustavo. Gabo tambièn a su maner sufriò el exilio, a que lo c ondujo el manoseao de que querìa hacerlo objeto, el ex presidente Turbay...tu poema es un desgarro...si siente el adentro abrièndose...UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarPoeta Carlos:
EliminarSi, un grande perseguido por un tirano, un enano (mentalmente hablando) del poder...Y después le siguieron otros y después otros y muchos colombianos tuvimos que elegir el camino el exiliuo obligado.
Mi poema es eso que justo tú señalas.
Un abrazo mi estimado Poeta.
Gracias Gustavo por compartir tantas palabras hermosas con nosotros. Te admiro mucho!!!
ResponderEliminarMaria:
EliminarMil gracias a ti por sumarte a este homenaje de gabo.
Un abrazo.