¡No han muerto ellos, los asesinados!
No han muerto ellos, los asesinados,
No han muerto porque viven
en la memoria de esta tierra,
ellos, los que creyeron en la vida,
los que sembraron rosas de futuro,
los que pintaron el arco iris del
amor;
ellos, los que lloraron el dolor
ajeno,
los que fueron voz en el verde de los
campos,
los que fueron ríos de aguas
cristalinas,
albergue y pan para la vida nueva.
No han muerto ellos, los asesinados,
ellos van en nuestras marchas,
ellos, hombres y mujeres, canto y
paz,
los que nunca se callaron,
hijos de esta tierra, viento, sol y
lluvia,
ellos, los de las manos desgarradas,
los de la voz firme, cielo y mar.
¡No han muerto ellos, los asesinados!
Gustavo Figueroa Velásquez
©
Tus huellas en mi piel
Tus huellas en mi piel
aún me arden al caer la noche,
son pasión al despertar el día,
fuego galopante a la hora del cenit
y en la tarde te recuerdo
desnuda, ángel, amante,
ola seductora, virtud y fantasía.
Me asaltas la memoria
en la paradoja del otoño
cuando todo parecía morir
y en ti florecía la primavera.
¡ Había en ti soles recién amanecidos
!
Gustavo Figueroa Velásquez
©
Preciosos poemas, como siempre Gustavo, me alegra que sigas escribiendo
ResponderEliminarun abrazo
Jorge, agradezco mucho tu visita y tus palabras que son las de un artista!
EliminarEspero, estimado rapsoda, que estés bien de tu salud.
Fuerte abrazo.
El primer poema duele querido Gustavo! Yo siento que nadie debería morir por desear justicia y un buen futuro para la gente de su tierra y del mundo...pero sabemos que no es así...Que lindo que tus poemas sean un homenaje constante a esos héroes ( tantos anónimos, caídos en el olvido)..supongo que desde ese lugar de ángeles que son , tienen un lugar de privilegio en tus letras por siempre y también de denuncia frente a tantas injusticia. el segundo poema, amor...impecable con una sensualidad delicada y exquisita.. Que placer es leerte!! Mi abrazo y el deseo de una estupenda semana para ti !
ResponderEliminarEstimada Eli, estoy muy de acuerdo contigo en que nadie debe morir por desear o pedir justicia; en un Estado de derecho, la justicia es un pilar de la democracia y sin justicia pasa lo que pasa en un Estado fallido como el colombiano. Ojalá la Corte Penal Internacional intervenga porque la mafia fascista que gobierna al país suramericano no está dispuesta a ser justa y menos a vivir en paz.
EliminarGracias querida Poeta por leer mis poemas, por analizarlos y comentarlos.
Recibe mi abrazo y feliz semana.
¡Qué tremendo homenaje a estos lideres sociales asesinados!
ResponderEliminarY que terrible que una cosa así pase.
Abrazos
Myriam, eso está pasando en Colombia, la brutalidad de la policía es evidente y el Estado ha sido secuestrado por las hordas del fascismo; las masacres no paran y la diplomacia internacional hace mutis ante este horror que están viviendo los colombianos.
EliminarGracias por tu visita.
El poema tiene la virtud de ser la memoria, el recuerdo que no puede condenarse al olvido, porque es una ignominia contra el pueblo, la que se hace verso, para que la tomemos como enseña, de que debemos construir otra cultura: la de la vida, si esperamos que el país tenga, esa oportunidad, que áun no se hace histori:la de un país con la mesa servida para todos.
ResponderEliminarY entre el dolor de los versos por los líderes asesinados, afloran otros versos, que son la esperanza de la vida; ella, la mujer, la amante, ícono del amor que siembra semillas de esperanza, porque " Había en ti soles recién amanecidos"
Un abrazo. Carlos.
La memoria histórica de los pueblos no debe perderse y mucho menos dejar que la manipulen como lo intenta hacer el director de la memoria histórica de Colombia. Nuestros muertos son los nuestros y no los del poder y, por eso mismo, están vivos y siguen con nosotros en cada lucha por la vida, en las luchas por un mejor país. Hay que luchar por la esperanza, por un nueva primavera para todos, para que tengamos un país en paz con justicia social.
ResponderEliminarCarlos, Maestro, recibe un fuerte abrazo y que el arte nos ilumine.